Thursday, May 29, 2008

Y otro!

Mi querido Hatza&Co y yo hemos creado para deleite de la humanidad y de nuestro gato, dos nuevos blogs el día de hoy, uno, El Antiblog, servirá para dar cuenta de lo que nos encontremos en la ciudad, el otro, El Retablo de las Maravillas, será una válvula de escape para Mr Hatza y sus devaneos cibernéticos. Pásenle, están en su casa.

Vengan a ver...

El único, nuevo y mejorado Antiblog...
a ver si pega, pues...

De la indignación

Hay quien se indigna ante la indignación de otros, a David le caen encima por decir lo que piensa y como lo piensa. Yo creo en la indignación. Creo en la necesidad de indignarse al ver pisoteado al ser humano, ante la reducción de lo que somos: carne, vísceras, huesos, pedos, mocos, a una cosa tan banal y estúpida como el mercado.
Vengo de caminar por la avenida Reforma (ja), de ver el ángel de la independencia (doble ja) rodeado por el edificio de American Express, un Sanborns más, y las oficinas centrales de HSBC, flanqueado, claro, por el enclave de los cerdos que promulgan a diestra y siniestra que la libertad es la libertad de elegir qué marca comprar.
Cerdos, asquerosos y repugnantes cerdos los banqueros de HSBC que compraron un bellísimo (o espantoso, da igual) mural de O´Gorman sobre la lucha obrera para adornar la recepción de su búnker. De ahí salen los semiesclavos que nunca tendrán la vida que quieren, porque les está vedada, y pasan todos los días, previa verificación electrónica de sus identidades, frente a un policía que resguarda, arma de alto poder en mano, los intereses de quienes deciden que el arroz suba de precio, porque están usando el maíz para alimentar sus Hummers...
Dirían en Bolivia, somos un pueblo, no un mercado...
Y sí, también en la literatura, también en el arte... La libertad es la libertad de comprar en Ghandi o en Sanborns, de leer lo que Volpi recomienda, o lo que Fuentes escupe cada año, sin falta...
Hay muchas razones para indignarse, y no, la tolerancia no es para todos. Por tolerar políticas editoriales modeladas según el mercado, según el dinero, en este país lo que más se lee son libros de autoayuda.
¿Alguien se acuerda de qué es la poesía?

Wednesday, May 28, 2008

Los extraños alimentos del Sr. H

El Sr. H era famoso por comer cosas extrañas. Que si la paleta de limón cubierta de chocolate, que si una uva cubierta de surimi. Pero un día se le ocurrió que iba a comer cosas sanas solamente, así que comenzó a consumir polvo de proteínas del doctor Simi, y se volvió un fenómeno. Hasta iba gente a verlo a su casa. Luego se aburrió. Hizo dieta y comió lechugas. La última vez que lo vi, engullía un sándwich de aceitunas en pan integral. El Sr. H se volverá un asceta.

Mack the knife/Bogus, the drinking man

Recién leo The water-method man, de John Irving. Ahora escucho Mack the Knife.
No puedo pensar en dos personajes más disímiles. Mack tiene una navaja y no tiene miedo de usarla, como el tiburón, escondido, acechando, Mack salta cuando tiene que hacerlo. Además, usa guantes, para no mancharse. Ataca, vive de ello. Y es temido.
Bogus, por otra parte, es incapaz de tomar decisiones, deja que la vida, los demás, le digan qué hacer, se encoge y se acurruca entre los pechos de Biggie, y luego de Tulpen, mujeres-madre a las que él abandona antes que enfrentar. Las únicas cosas que decide por sí mismo son las mentiras que cuenta. Bogus, el hombre escondido. Un pato muerto en la mano. Y sin guantes, poco previsor, se mancha de todos sus desatinos.

Tuesday, May 06, 2008

Martes, noche

Hoy pavorreales nos abrazaron. Un negro maravilloso nos rodeó. Mozart extuvo ahí, también Octavio Paz. Hay una enorme interrogante. Cómo puedo disfrutar la vista de un pavorreal frente a mi cuando 22 mil personas, al menos, murieron a causa de, uno, un ciclón, dos, un gobierno a quien no le interesa en lo absoluto el bienestar de su gente... pero, pensandolo de nuevo, a que gobierno le interesa?

Muchas cosas buenas acontecen alrededor, mis dos mejores amigas estan conmigo, lo agradezco, agradezco que A me espere en casa, que mi madre haya dejado de odiarme, que mi padre me entienda, que D haya encontrado el amor, que tantas cosas buenas hayan sucedido en los dos últimos años, que me haya enamorado de nuevo...

Y aún así, hay cosas que no entiendo, quizá se deba a que hoy me persiguió el segundo movimiento de la séptima de Beethoven... el crescendo, así me siento ahora, algo crece, algo se gesta... espero. Espero expectante, de la mano de mis seres amados.

Una cosa más, mi cabello es del color del fuego, otra vez.

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